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lunes, 18 de abril de 2011

LA GESTALT Y EL DINERO

Te voy a contar un relato donde si al reemplazar la palabra técnico de lavarropas por tu propio nombre sientes unas cosquillas en el estomago, empieza a prestar atención, si mi relato es muy afín a tu propia experiencia con el dinero.

La semana pasada llame a un técnico de lavarropas ya que este se había averiado (no funcionaba mas. ni ahí.... estaba como muertito).
Este buen hombre de unos 45 años, delgado, con su mameluco de trabajo llego a casa a las 17:30 hs. reviso el lavarropas a los 15 minutos ya estaba andando pero con su buen ojo clínico empieza a mirarlo mejor y nota que una manguera perdía (quita la manguera le coloca una silicona y la coloca nuevamente), nota que la manguera que nutre de agua el lavarropas tenia la punta rota (lo cual yo ya me había olvidado, ademas quiero aclararte que es un lavarropas automático lo cual estaba funcionando cuando lo hacia y antes que llegara este buen hombre como semiautomático y a los golpes :(
El técnico de lavarropas va hasta su auto y trae una manguera nueva y la cambia.
Coloca agua en el lavarropas y hace la prueba de funcionamiento. Este hombre perfeccionista y observador nota que el lavarropas carga mucha mas cantidad de agua que la que debería y me dice que esto puede dañar los tensores por el peso, lo cual me parece lógico.
Entonces va a buscar a su auto un Presostato y lo recambia y vuelve nuevamente a cargar el agua y ponerlo en funcionamiento para observarlo.
Durante el circuito del lavado lo cual demoro entre 20 y 30 minutos yo como soldadito siempre cerca observando todo para aprender mas acerca del funcionamiento y para intentar asegurarme que no me venda gato por liebre.
Una vez finalizado el lavado, el técnico notó que seguía entrando un hilo de agua al lavarropas lo cual tendría que asegurarme de cerrar la canilla cuando terminará de lavar o de lo contrario encontraría siempre agua en el lavarropas o en el piso.
Entonces me dice que al día siguiente traería una Electroválvula nueva.
Este buen hombre estuvo cinco horas y media (de su vida) como un detective asegurándose de dejar en buen funcionamiento el lavarropas.
Al día siguiente a la mañana regresa y trae la pieza vuelve a probarlo una vez mas y una vez comprobado dice Listo!


Obviamente le digo: ¿Cuanto es?
Me responde $160.- (pesos argentinos) aproximadamente 39 USD
No podía creerlo $160.- por casi seis horas de trabajo, tres piezas nuevas y el emparche de una manguera! Ops!!!!
El lavarropas quedó espectacularmente funcionando y en automático :=) (ya no recordaba como era eso)


No conozco nada acerca de la vida de este hombre, sus gustos, sus sueños, sus anhelos, los obstáculos en su vida, etc etc pero lo que SI ME DI CUENTA ES QUE NO VALORA SU TIEMPO Y QUE NO VALORA SU PROPIO TRABAJO (El cual es Excelente!), LO QUE ME DICE QUE SU AUTOESTIMA ES BAJA.
Esta anécdota me llevo a mi propio Darme Cuenta acerca de mi trabajo, mi dinero y también el tuyo que deseo compartir contigo.


Una de las cosas de las cuales me di cuenta en mi trabajo es que muchas de las personas que tienen baja autoestima nunca invierten en si mismas… Y de que no iban a invertir en sí mismas a menos que se dieran cuenta con mayor intensidad de las consecuencias de una baja autoestima y que eso les llegara a doler mucho.
La cuestión es que, si no te valoras a ti mismo y a tus servicios, nadie más lo hará. He observado una y otra vez que algunos de mis alumnos o consultantes no estaban realmente comprometidos con su propio desarrollo personal. Hay personas que continuamente tienen excusas, como por ejemplo.


No tuve tiempo de leerlo – o de escucharlo
Nunca hice el ejercicio
¿Podrías enviarme otra vez el enlace? No lo abrí cuando me lo enviaste hace tres meses.


Estas son algunas evidencias de que la gran mayoría de nosotros no valoramos las cosas a menos que tengamos que hacer un pago elevado… y en este caso, ese pago es con dinero.
En mi experiencia personal, nada me hizo comprometer más con mi propio proceso de aprendizaje que pagar mi entrenamiento en Gestalt a un valor elevado. Cuando digo elevado quiero decir “bastante más alto de lo que me resultaba cómodo”. Y esa es una de las razones por las cuales tengo más claridad en las metas de mi trabajo y en mi propia vida. Porque puede llegar a ser doloroso.
Puede ser muy doloroso. Para mi fue difícil hacer el pago de mi entrenamiento y asegurarme de tener mi lugar. Una vez que había pagado cada mes respiraba tranquila. Pero tuve que trabajar duro, muy duro para obtener el mayor beneficio de mi inversión.
Lo que he verificado es que cuando te duele, trabajas más duro para asegurarte de que el dolor mereció la pena.
Cuando les pones muy fáciles las cosas a tus clientes, no les estás haciendo un favor. En realidad lo que pones más fácil es que no te valoren a ti ni a tus servicios, y ellos tampoco valorarán su inversión.

Hay personas que te adoran y que te van a seguir siempre porque son tus fieles clientes, y otros que no van a invertir un centavo en tu conocimiento o en tus servicios porque no los valoran. Está bien que así sea porque obviamente, ¡no vamos a agradar a todo el mundo!
Pero tú tienes que valorar tus servicios en PRIMER LUGAR. Creo que está bien facilitar las cosas cuando sabes que hay un deseo y una necesidad sincera… pero dándole la valoración correcta a tu trabajo.
Si has estado desvalorizando tus servicios, piensa en esto: tú no les estás haciendo el MEJOR servicio a tus clientes si no les das la oportunidad de que inviertan en ti. El dinero ES LA ENERGÍA DEL COMPROMISO.
Date permiso para honrar el trabajo que estás haciendo… si eres coach, Facilitadora, consultor, artista, agricultor, músico, escritor o lo que seas que realices, estás ayudando a cambiar la vida de aquellas personas que ponen su esfuerzo, su dinero y su tiempo en ello. Seguro, ¡hay personas motivadas y listas para triunfar con tu ayuda!

Personalmente, he pasado por situaciones sumamente difíciles en relación con el dinero. Me divorcie cuando mi hija tenia 10 años, una pequeña niña a cargo y sé perfectamente cómo se siente la presión del estrés financiero.
A través de mi trabajo personal con el Enfoque Gestalt pude descubrir hasta qué punto el dinero
está conectado con el mundo emocional y con la forma en que yo he tomado decisiones a lo largo de toda mi vida como decisiones sumamente importantes en mi matrimonio o en mis relaciones en general. Yo no he sabido en el pasado valorar mis logros, he perdido oportunidades valiosísimas
y me he puesto en un lugar de fragilidad y resignación en lugar de poder.

Al trabajar además en el área de la autoestima me di cuenta de la profunda relación que existe entre una baja autoestima y la cantidad de dinero que ganamos, que perdemos, que dejamos de ganar y la forma en que valoramos nuestros servicios o productos. El dinero es una metáfora para la autoestima.
Muchas personas asocian el dinero con sentimientos de miedo, ansiedad, odio y envidia. Algunas culpan al dinero por los problemas en su matrimonio, no entienden el dinero, y desearían no tener que pensar acerca de él. Otras personas dicen que el dinero no es importante para ellas.
La verdad es que el dinero no es algo que existe para hacer nuestras vidas difíciles… piensa en eso. El dinero es una herramienta increíblemente poderosa que puede ayudarnos a ser, hacer y tener todo aquello que queremos. No es el dinero en sí mismo lo que queremos; es lo que el dinero puede hacer por nosotros y por nuestra familia, por nuestra comunidad y por nuestro planeta.
El dinero es un espejo increíblemente poderoso para nuestra auto-confianza, nuestra autoestima y nuestro poder personal. Si miras el dinero de esta forma, no es algo a lo cual temer, odiar o ignorar. En cambio, es algo para abrazar, tener curiosidad sobre él y usarlo como una herramienta para tu crecimiento personal y profesional.
Para cambiar tu relación con el dinero y contigo mismo, tienes que estar dispuesto a cambiar tus prioridades. Tienes que estar dispuesto a estar incómodo. Parte de esa incomodidad tiene que ver con el sentido de identidad, con quién eres tú con relación al dinero y cuál es tu historia.
La buena noticia es que es pasado. En ningún lugar está escrito que tu futuro tiene que ser igual a tu pasado. ¡Oh! ¡Qué liberación! .
La recompensa que recibes al trabajar sobre tu relación con el dinero es inmensa… es fantástica. Cuando tú consigues hacer grandes avances con relación a tu dinero y a tu autoestima, nadie puede quitarte eso, nunca más. Es tuyo.

Haz TODO lo que necesites hacer para vencer la resistencia y cerrar la brecha entre ese lugar y donde quieres de verdad estar.
Lo que nosotros creemos gobierna nuestras conductas. Una creencia desempoderante como, “Yo necesito hacer lo que sea para sentirme amado” conducirá a una persona a ciertos tipos de conductas desempoderantes. Es muy diferente a creer algo como “Yo soy querido todo el tiempo sin importar lo que pase”. Las cosas comienzan a cambiar cuando comienzas a actuar a partir de una creencia empoderante.

Yo no soy una planificadora financiera, ni una experta en inversiones y tampoco una contadora. Y desde luego no soy perfecta cuando se trata de mis hábitos de dinero. Yo sé cómo se siente estar totalmente estresada financieramente, no reconocer las barreras que te están deteniendo y no saber cómo salir adelante… ¡También sé que puedes hacerlo! Si tienes la información adecuada y si lo deseas lo suficiente…
Cuando nosotros comprendemos plenamente nuestras conductas de autosabotaje con el dinero, podemos tomar acciones para liberarnos de ellas.
Comprender tus hábitos, creencias y sentimientos acerca del dinero es el primer paso para lograr la libertad financiera. Ahora es el momento de tomar medidas. Toma una acción con la cual te comprometas y conviértela en una prioridad. Recuerda, no necesitamos cambiar todo de la noche a la mañana, pero si nos esforzamos por ser mejores en un 1% hoy de lo que fuimos ayer, seremos capaces de estar de pie completamente en nuestro poder con nuestro dinero.

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