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viernes, 3 de junio de 2011

¿Qué es la medicina homeopática?

¿Qué es la HOMEOPATÍA?


Analizando la etimología de la palabra que la nombra, podemos dar inicio a su explicación:

Homeo viene del griego (μοιος homoios) y significa: similar y Patía, también del griego (πάθος pathos), significa sufrimiento.

Lo Similar es justamente la base estructural de la Medicina Homeopática y constituye uno de sus principios fundamentales. Lo semejante cura lo semejante; es decir una enfermedad puede ser tratada por una sustancia capaz de generar los mismos síntomas que produce una determinada patología.

La homeopatía fue desarrollada por el médico Samuel Hahnemann (1755-1843) a principios del siglo XIX cuando se encontraba traduciendo un libro (la Materia Médica Tóxica de W. Cullen), en donde se hacía mención que los intoxicados accidentalmente por la quina (la corteza de un árbol del Perú) experimentaban los mismos síntomas que presenta el paludismo o malaria. Es decir él observó que una sustancia natural (la corteza de ese árbol) podía generar los mismos síntomas que una enfermedad (en este caso el paludismo) y esto lo llevó a inferir que esta misma sustancia podría resolver esa enfermedad. Es así como surge este principio o ley fundamental de la Homeopatía: la Ley de la Similitud.

Comienza entonces a experimentar en sí mismo con la quina y comprueba que la similitud de los síntomas producidos experimentalmente en un hombre sano (él mismo en este caso), eran los que el medicamento podía curar luego en el enfermo. De esta forma establece el Principio de la experimentación en el hombre sano y comienza las experimentaciones en otros voluntarios sanos con distintas sustancias, descubriendo así el poder curativo de varios nuevos medicamentos.

En el proceso de sus experimentaciones constató que las dosis que utilizaba eran tóxicas, por lo que luego fue disminuyendo la dosis para evitar los efectos nocivos de las mismas, y comenzó a diluirlas en agua cada vez más hasta casi no quedar nada de ellas. Como el efecto de las sustancias durante la experimentación era cada vez más suave y limitado decidió además agitar el frasco con fuertes golpes o sucuciones y para su asombro, descubrió que las sustancias diluidas seguían teniendo efecto, apareciendo además virtudes escondidas en dichas sustancias, que se manifestaban a través de síntomas experimentales en los voluntarios sanos; los cuales también incluían aspectos mentales y emocionales.

Esto constituyó otro de los principios de la Homeopatía: el Principio de la dosis infinitesimal: diluyendo la sustancia disminuía su concentración al mismo tiempo que sus efectos nocivos (propios de cada sustancia y según su concentración) y además al agitarlos o dinamizarlos, éstos adquirían nuevas propiedades curativas (ocultas mientras estaban en estado crudo o natural).

El medicamento homeopático actúa en la misma dirección que lo hace la enfermedad, participando o movilizando al organismo en la curación mediante una reacción de estimulación celular. El medicamento no se "impone" sobre el síntoma suprimiéndolo o antagonizándolo (como lo hace la medicina convencional o alopática), si no que despierta una reacción de auto curación del propio organismo que restaura el equilibrio de su fuerza vital.

La enfermedad para Hahnemann
Hahnemann se oponía a las opiniones vigentes de su época al negar que la enfermedad fuera algo distinto del "todo viviente", del organismo y de la fuerza vital que lo anima. Para el concepto visionario (y también revolucionario) de su época, Hahnemann sostenía que la enfermedad era un nuevo orden: no era una suma caótica de síntomas sino que ellos expresaban un re-ordenamiento de todo el organismo (no un caos, sino un orden distinto).

La enfermedad se manifiesta como un desequilibrio de la fuerza vital que implica a todo el organismo como totalidad y que se evidencia con particularidades específicas de cada individualidad: esa alteración de la energía vital se traduce en síntomas característicos de cada individuo, haciendo de esa enfermedad algo único, especial y peculiar y cuyo tratamiento será aquella sustancia dinamizada capaz de producir la imagen más semejante a ese desequilibrio de la energía vital.

Como conclusiones de las observaciones que realizó, Hahnemann pudo afirmar entonces:
  • Que la enfermedad es un desequilibrio dinámico de la fuerza vital.
  • Ese desequilibrio se produce en la totalidad del organismo.
  • El modo de presentarse clínicamente ese desequilibrio es absolutamente individual.
  • Por lo tanto, la enfermedad es un desequilibrio dinámico y a la vez armónico de toda la fuerza vital.
La curación
Siendo la enfermedad un desequilibrio de la energía vital que se manifiesta por síntomas morbosos, la curación es el retorno a la armonía y al equilibrio mediante el empleo de medicamentos homeopáticos; ya que la fuerza vital no tiene capacidad de autoestimularse y de esa forma recuperar el equilibrio (requiere una fuerza exterior capaz de movilizarla).
Considerando que la totalidad no debía referirse sólo a los síntomas actuales del paciente, sino que era necesario atender a todos los síntomas de la historia mórbida del enfermo (remontándose a las manifestaciones históricas del desequilibrio energético), se deduce luego la ley de curación con la que se establece como debe producirse la curación para ser considerada como tal.

Principio del medicamento único (Homeopatía Unicista)
Hahnemann afirmaba categóricamente que si la experimentación en el hombre sano se hacía con un solo medicamento a la vez, para de ese modo conocer su acción particular y específica sobre cada experimentador; también se debería prescribir un solo medicamento en la consulta cuando al tomar los síntomas del enfermo estos fueran similares al del medicamento experimentado previamente en el experimentador sano.

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