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miércoles, 24 de agosto de 2011

EL CHI


Hace miles de años, los maestros taoístas descubrieron los centros de Chi (energía) del cuerpo, mediante la observación interior. Para ello había que apartar el cuerpo de los estímulos externos y meditar, para que, de este modo, se activasen los sentidos internos.
Mediante procesos de relajación mental y física y utilizando sus sentidos interiores, los maestros descubrieron que algunas partes del cuerpo tienen más Chi que otras. Sirven como puntos de acumulación de nutrientes para unos órganos y glándulas concretos. Estos centros pueden recibir el Chi de fuentes externas, como la fuerza electromagnética, la vibración de la tierra, la luz y la frecuencia o sonido de la luna, el sol y las estrellas. A este alimento se añade la Fuerza Universal, bajo la forma de la luz roja y violeta del amor incondicional.
Los maestros descubrieron que estos centros se conectan para formar un circuito al que llamaron Órbita Microcósmica. For entonces, no tenían el conocimiento que tenemos nosotros de la electricidad y, apesar de todo, fueron capaces de acceder al flujo de energía electromagnética del cuerpo Chi.
Los maestros aprendieron a utilizar la mente y el ojo interior para guiar el Chi por este circuito. Lo utilizaban para curarse ellos mismos estableciendo así la base de un trabajo espiritual. Según iban desarrollando sus sentidos internos para distinguir y catalogar el Chi dependiendo de sus diversas fuentes (el sol, la luna, las estrellas, etc.), aprendieron a absorber más Chi de cada una de estas fuentes para pasarlo a su cuerpo.
El circuito de la Órbita Microcósmica está formado por dos canales principales, a los que se llama Gobernador y Funcional. El Canal Gobernador sube desde el perineo, pasando por la espina dorsal, hasta la coronilla de la cabeza, para terminar en el paladar de la boca. El Canal Funcional va desde el perineo hasta la punta de la lengua, pasando por la parte delantera del cuerpo. Tocando el paladar con la punta de la lengua, se conectan los dos canales.
La Órbita Microcósmica es como un gran depósito de Chi que abastece de Chi nutritive al resto del cuerpo.
Todo el mundo ha nacido con el circuito de la Órbita Microcósmica abierto y con flujo. Incluso en el seno matemo, el Chi de un feto fluye por su propia órbita Microcósmica. Después de nacer, este camino está libre y abierto, hasta que aparece la pubertad, cuando el cuerpo siente las presiones del cambio hormonal y el desarrollo físico y las emociones se hacen más fuertes durante la delicada fase de la adolescencia.
El estrés es uno de los principales factores que producen los bloqueos de Chi que aparecen en los canales del cuerpo cuando se es adulto. Al volver a abrir conscientemente la Órbita Microcósmica, aurnentamos la eficacia de nuestro consurno de energía y empezamos a rellenar las pérdidas de Chi.
Como las cualidades espirituales, o virtudes, están vinculadas a nuestros órganos vitales, la instrucción taoísta hace que se restablezca el cuerpo ffsico y se mantenga sano, como base del trabajo espiritual. Cuando un órgano no recibe Chi suficiente, puede deteriorarse su estado físico y, al mismo tiempo, puede resultar más difícil que se manifieste la virtud propia de este órgano.
El Chi actua como un eslabón que une el cuerpo físico, el cuerpo de energía (alma) y el cuerpo de espíritu, del mismo modo que el combustible del motor de una embarcación produce la fuerza que la empuja por el agua. El Chi hace de combustible para cada uno de estos tres cuerpos. Lo mismo que puede pararse un barco por falta de gasolina, tambíen pueden verse bloqueados el cuerpo, el alma y el espíritu por estar bajos de energía.
Esto no quiere decir que las personas enfermas sean incapaces de seguir un crecimiento espiritual. Es más difícil concentrarse en la espiritualidad cuando la necesidad de salud es grande; pero el proceso regenerativo puede ser por sí mismo, una experiencia espiritual, si se acepta sin reservas.

Alquimia interior: trabajar con las emociones y el Chi

En el sistema taoísta de la Alquimia Interior, el trabajo emocional va de la mano del trabajo de la energía. Muchos bloqueos que se producen en los canales están creados por emociones negativas o tienen alguna relación con ellas. Con la Sonrisa Interior y los Seis Sonidos Curativos, aprendemos a escuchar nuestros cuerpos y entrar mejor en contacto con nuestras emociones, tanto positivas como negativas. Adquirir energías virtuosas ayuda a eliminar bloqueos, mejorar la salud y acumular más energía.
Además, al practicar la meditación de la Órbita Microcósmica, podemos descubrir tensiones físicas en diversos puntos importantes de energía. Las tensiones físicas son muchas veces consecuencia de emociones negativas a las que nos aferramos. Cuando podemos mover el Chi por esos puntos, aprendemos a liberar sus tensiones, lo que nos ayuda a transformar sus emociones negativas, devolviendo esa energía atrapada al flujo de la vida.
Cuando ya hemos eliminado las emociones negativas y se están manifestando las virtudes, el Chi de sus órganos correspondientes está en su punto culminante. Esta energía pura y natural se convierte en alimento para el refinamiento y desarrollo de los cuerpos del alma y el espíritu.
Si no nos ocupamos de nutrir nuestras buenas emociones y nos limitamos a aportar más energía al cuerpo, podemos estar potenciando nuestras emociones negativas, haciéndolas más poderosas y más difíciles de controlar y transformar. Por eso es por lo que se corrompen algunos dirigentes espirituales: están encantados con el poder y se olvidan de la práctica diaria de refinar su Chi y nutrir sus energías virtuosas. Debemos seguir adquiriendo virtudes hasta que se convierta en un proceso automático.

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