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lunes, 12 de marzo de 2012

BIORRITMOS

  • LOS BIORRITMOS
 Los Biorritmos vienen determinados por el ritmo día/noche y condicionan la vida de todos los seres vivos de nuestro planeta. La luz solar tiene un efecto sobre nuestra vida que va mucho mas allá del conocido efecto de ayudarnos a sintetizar la vitamina D, por ejemplo. Influye en la calidad de nuestro sueño, en el aprovechamiento de los nutrientes, en la generación y regeneración de nuestras energías internas, en la regeneración de todo nuestro organismo y de todas sus facultades físicas y mentales.

Los humanos somos seres eminentemente diurnos: nuestra visión está adaptada a la luz del día y no de la noche, como la de otros seres que si son nocturnos (búhos, lechuzas, gatos, ratones). Nuestra piel, para mantener su salud y limpieza, necesita de la acción directa y diaria de los rayos solares (asimilación del calcio, sintetizar vitamina D, eliminación de toxinas, intercambio de gases). El correcto funcionamiento de la totalidad de nuestro organismo esta coordinado por este ritmo vegetativo.

A nivel fisiológico, todas las tareas que realiza normalmente nuestro cuerpo a fin de mantener la vida y la salud, están también absolutamente condicionadas por la luz solar.

Así, durante el día prevalece un estado de simpaticotonía: las actividades corporales están en pleno funcionamiento, el pulso más acelerado, la presión arterial mas elevada. Es la lucha por la vida cotidiana, la actividad externa, el trabajo (estoy hablando por supuesto de la persona que no esta manifestando ninguna crisis en el momento presente).
Durante la noche, el estado del cuerpo es de vagotonía: el pulso va mas lento, la tensión arterial es mas baja, la temperatura corporal disminuye, muchas actividades están reducidas al mínimo. Prevalece la actividad interna del cuerpo. Es el momento de la absorción y asimilación de los nutrientes, cuando igualmente se produce la máxima eliminación de toxinas, es la fase de respiración orgánica y regeneración de la energía vital; se recuperan las facultades intelectuales, etc. En esta fase el cuerpo necesita el máximo de reposo para internalizar todas sus energías y poder realizar todas estas funciones tan necesarias para la vida. Por esto tenemos sueño, nos sentimos cansados y con la mente menos despierta.

Dicho esto también vemos que en el transcurso de cualquier enfermedad prevalece la vagotonía, que es la fase de descanso y reparación. Por lo tanto es muy importante respetar esta fase en el transcurso de cualquier enfermedad (descanso, silencio, oscuridad, tranquilidad, ausencia de preocupaciones, aire fresco, no comer, ambiente acogedor y comprensivo) y sobre todo, no administrar ningún medicamento, especialmente aquellos que interfieren en la vagotonía normal del cuerpo (ya que todo el proceso de sanación se vería seriamente perjudicado). Por ello las UVI de los grandes centros sanitarios suelen ser lugares muy poco propicios a la recuperación de los pacientes, puesto que se les tiene en un sitio permanentemente iluminado (por tanto no respeta los biorritmos del cuerpo, a través de los cuales se guía la inteligencia somática en su labor de dirigir todos sus procesos), se interrumpe constantemente el preciado descanso del enfermo tomándole la temperatura, tensión, administrándole un fármaco, sacándole una muestra de sangre, etc.
Una vez expuesto todo lo anterior, no resulta difícil imaginar lo perjudicial que resulta para la salud alterar los biorritmos, no vivir de acuerdo con ellos. Esto sucede especialmente en aquellas personas que tienen que trabajar por turnos, cambiando frecuentemente el día por la noche, o la gente que debe trabajar siempre de noche. Aunque los efectos no son gravísimos ni tampoco se aprecian de inmediato, tienen ciertamente un efecto devastador sobre la globalidad de la salud de la persona, máxime cuando los otros requisitos para una buena salud no se suelen observar rigurosamente.

Los horarios que rigen el funcionamiento de nuestro cuerpo en nuestra latitud, en cuanto se refiere a sus procesos de nutrición son:

  • De 06:00h a 14:00h: fase de eliminación
  • De 14:00h a 22:00h: fase de apropiación
  • De 22:00h a 06:00h: fase de asimilación

Han sido estudiados ampliamente por científicos y psicólogos de todas las épocas. Aunque estas fases están en alguna medida continuamente en marcha, cada una de ellas se intensifica durante ciertas horas del día.

  • Apropiación 14 a 22 h
Es el periodo de la ingesta. Si tienes hambre es el momento de comer. En este momento el cuerpo esta preparado para aceptar el alimento. Podemos aguantar hasta la hora de comer sin hambre sin embargo en este ciclo cuesta mas.

  • Asimilación 22 a 6 h
En este momento el cuerpo extrae, absorbe y utiliza las sustancias nutritivas. La absorción no puede producirse mientras el alimento no ha llegado a los intestinos. Permite que tu cuerpo complete el ciclo de asimilación antes de que entre en el de eliminación, para ello es importante acostarse con la digestión hecha.
¿Habéis notado cuando cenáis tarde? Al despertarnos nos sentimos atontados y cansados porque se ha interrumpido el ciclo de asimilación el cual se produce una vez la comida sale del estómago. Cuando los alimentos no han sido digeridos por cenar tarde, no están listos para ser asimilados. Se ha extendido el ciclo de apropiación mas allá de sus límites y por tanto el de asimilación, el cual acortamos, no desarrolla completamente su función.

  • Eliminación 6 a 14 h
En este ciclo la energía del cuerpo esta dirigida en la expulsión de residuos tóxicos, es decir desintoxicando y limpiando. La digestión es el proceso que mas energía consume por ello es importante no obstaculizar este proceso. Si comemos algo que sea fruta sola pues esta apenas tiene digestión en el estómago. Las personas que se preocupan por el peso deben tener en cuenta este ciclo. Si se facilita este ciclo se garantiza el éxito.
  
De modo que durante las fase de asimilación y de eliminación de desechos metabólicos y de toxinas, lo ideal sería no ingerir ningún alimento (o alimentos de fácil y rápida digestión), a fin de que el organismo pueda destinar el máximo de energía disponible en sus tareas internas, sin tener que utilizar parte de esta en el proceso de la digestión. De hecho, la mayoría de las personas adultas no tienen hambre hasta el mediodia, pero se esfuerzan en comer algo por que piensan que así deben hacerlo; pero una vez mas quiero repetir que, para cuidar nuestro cuerpo, debemos aprender a escucharle a él y no a nuestro intelecto. Nuestra inteligencia somática es quien mejor sabe cual es el mejor momento para comer, para ayunar, para dormir, para beber, etc., y si queremos mantener la salud, hay que aprender a escucharle y a respetarle.

Igualmente, y en base a todo lo expuesto, también queda clara la necesidad de ir a dormir pronto, a fin de favorecer al máximo todos estos procesos naturales del cuerpo y que son tan importantes para el mantenimiento de una buena salud, robusta y duradera.

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