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viernes, 27 de julio de 2012


Las Diez Cosas Que No Son De Beneficio

On 19 junio, 2011 by Javier Tinajero Rodríguez
Je Gampopa nació en Nyal, al sur de Tibet en un clan conocido como Nyi. Fue educado y entrenado como médico por su padre, quien era de la misma profesión. A la edad de 16 años Gampopa ya era un gran médico y un intelectual erudito en estudios tántricos. Gampopa se casó y tuvo dos hijos, pero éstos murieron durante una plaga. Esta experiencia traumática hizo que Gampopa renunciara a la vida convencional y entrara a la orden monástica.
A la edad de 25 años, Gampopa se ordenó totalmente de parte de Khenpo Lodan Sherab, de Maryul. Entonces fue al Tibet central para estudiar la tradición Kadampa e inició un retiro de meditación.
Cuando escuchó el nombre de Milarepa por primera vez, experimentó de inmediato una devoción incomparable y se dio cuenta de que Milarepa podría ser el gurú raíz destinado para él. Milarepa, quién reconoció a Gampopa como su discípulo, le transmitió el total de las enseñanzas Kagyud. Después de haber recibido todas las transmisiones por parte de su querido maestro, Gampopa viajó a Dagpo para permanecer en un retiro de meditación por varios años, y estableció el Monasterio Dagla Gampo.
Gampopa fue el autor de varios textos Budistas muy importantes, como “El Ornamento de Joyas de Liberación” y “El Precioso Rosario del Sendero Excelente”, que han sido dos de las lecturas más populares a la fecha. Cuatro de los discípulos más destacados de Gampopa fundaron las ocho sub-escuelas de la Orden Kagyud: Drukpa, Drikung, Taglung, Yasang, Trophu, Shugseb, Yelba y Martsang.
Je Gampopa, uno de los más grandes adeptos y eruditos tibetanos del siglo XI, nos comparte los siguientes consejos espirituales tan actuales hoy como lo fueron hace 900 años:
  1. 1.- Sin importar el servicio que dedicamos a este cuerpo ilusorio, inexorablemente es transitorio y condenado a la disolución. Por tanto no conlleva beneficio ulterior. Lo mismo puede decirse de la atención que invertimos en nuestra apariencia física y nuestro vestido. En algún momento nuestra mente y cuerpo tendrán que separarse. Todo lo que hayamos hecho para preservar y embellecer a nuestro físico no tendrá efecto y no determinará las experiencias por las que atravesemos más allá de la muerte. Evidentemente, esto no quiere decir que comer los alimentos apropiados y protegernos de las diversas enfermedades que nos aquejan no sea útil y apropiado. No obstante, su beneficio no es duradero ya que eventualmente la mente tendrá que separarse del cuerpo.
  2. 2.- Sin importar el apego que le tengamos a las cosas, la riqueza o las posesiones, al morir, abandonaremos este mundo desnudos y con las manos vacías.  Por ello en estas cosas no podremos hallar beneficio ulterior.
  3. 3.- Sin importar el trabajo que dediquemos a nuestras casas, mansiones o palacios, la muerte es un viaje solitario en el que no nos podrán acompañar nuestras residencias e inclusive nuestro cuerpo será arrojado por la puerta. Por ello en estas cosas no podremos hallar beneficio ulterior.
  4. 4.- Sin importar las muchas cosas que podamos dar a nuestros hijos o seres queridos, estos no podrán alargar nuestra vida ni serán capaces de protegernos de la muerte. Por ello en estas relaciones no podremos hallar beneficio ulterior. En el momento de la muerte tan sólo las acciones virtuosas son de beneficio duradero.
  5. 5.- Sin importar cuanto amemos a nuestras familias y amigos, cuanto intentemos satisfacerles, al morir lo haremos solos. Por ello en estas actividades no podremos hallar beneficio ulterior.
  6. 6.- Sin importar cuantos hijos, sobrinos y parientes tengamos, nuestra relación con todos ellos es impermanente y nunca podremos satisfacerles del todo.  Por ello en estas vínculos afectivos no podremos hallar beneficio ulterior.
  7. 7.- Sin importar la tierra que adquiramos en esta vida como la posición social o económica con la que contemos, al morir nuestra conexión con esa tierra o comunidad habrá terminado. Por ello en estas posesiones o cargos no podremos hallar beneficio ulterior.
  8. 8.- Sin importar el sendero espiritual al que nos asociemos, si no lo ponemos en práctica, este no podrá aportarnos beneficio ulterior.
  9. 9.- Sin importar nuestra erudición, lo que hayamos escuchado y estudiado, sino ha transformado nuestra vida favorablemente hacia el cultivo de la virtud y el altruismo, tal aprendizaje no podrá aportarnos beneficio ulterior.
  10. 10.- Sin importar cuanto tiempo hayamos permanecido en la presencia de un maestro auténtico y calificado, sino desarrollamos confianza y respeto en su persona, no podremos adquirir sus cualidades o recibir sus bendiciones y así esta rara oportunidad no será para nosotros de beneficio ulterior.
Marco Antonio Karam, Presidente y Fundador de Casa Tíbet México.

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