Algunas técnicas para ayudar a expresar emociones sin agredir o ser agredidos (Parte II)
Baile como terapia para drenar tensiones
- Bailar libremente permite al cuerpo sacudir el polvo que acumulamos sobre él a lo largo del día.
- El baile es un puente directo con nuestra fuente de celebración y nos conecta con la alegría.
- Según concluyó un estudio de científicos suecos, el baile ayuda a calmar a niñas y niños hiperactivos. Los vuelve más atentos en clase y menos peleadores con sus compañeros.
- El baile como terapia para la relajación se practica dejando que el cuerpo exprese los movimientos que necesite de forma espontánea, sin coreografías y sin cuidarse de que los otros nos vean bien o mal.
- Aprovechemos cualquier momento o lugar (casa, escuela y no sólo en las fiestas) para bailar solos o con la familia. Incentivemos el baile en los niños, niñas y adolescentes de la casa.
- El baile como terapia debe practicarse sin el consumo de bebidas alcohólicas u otras substancias.
Limpieza del parloteo de la mente (terapia del Giberish)
- El “Giberish” es una terapia muy antigua creada por los Sufíes que consiste en emitir sonidos sin ningún significado para descargar la mente.
- Se trata de hablar en un idioma que no conozcamos (si no sabemos mandarín, hablamos mandarín; si no sabemos francés, hablamos francés). La idea es que lo que se emita no tenga ningún significado (bleregla guchapa camemam ceretatytup achucamichipetca…).
- Si lo que decimos comienza a tener sentido o la mente comienza pensar hay que cambiar el parloteo hasta volver.
- Es bueno acompañar el parloteo o giberish con gestos exagerados que impliquen movimientos de manos, brazos, expresiones exageradas en el rostro, dejando que el cuerpo exprese lo que necesite durante diez o quince minutos.
- Luego se pasará a una etapa de silencio con los ojos cerrados durante unos minutos.
- Esta técnica resulta muy efectiva para descargar toda la información que se convierte en basura para la mente, abriendo un espacio para la relajación.
- Este es un ejercicio que los docentes pueden aplicar en el aula de clase cuando los alumnos están muy inquietos o hablando mucho para llevarlos naturalmente hacia el silencio.
Terapia del cojín
· Un buen ejercicio para drenar las emociones reprimidas es encerrarnos en la habitación, tomar un cojín y golpearlo, gritar, llorar o reír y cantar como un loco o una loca dejando que el cuerpo exprese todo lo que necesite expresar, sin juzgarlo.
- Si sentimos rabia o dolor por algo que nos hizo una persona (esposo, esposa, padre, madre, tío, jefe, amigo), podemos aprovechar para sacar y verbalizar lo que sentimos hacia ella en ese momento en que no haremos daño a otro ni a nosotros.
- Podríamos acompañar el ejercicio con una música fuerte a tono con la descarga.
- Es recomendable invitar a los niños, niñas y adolescentes a que hagan la terapia del cojín cuando tengan mucha rabia o dolor acumulados, incluso si esa rabia es por algo que dijimos o hicimos lo adultos a su cargo, explicándoles que pueden descargar en un lugar seguro, donde no causen daño ni a ellos, ni a los demás.
- Es importante tener en cuenta que se debe respetar la privacidad y las expresiones verbales y descargas emocionales que los niños, niñas y adolescentes necesiten manifestar durante la terapia, aunque éstas se refieran a nosotros a los abuelos y hasta a “Papá Dios”. No perdamos de vista que de lo que se trata es de descargar el “veneno” acumulado, para liberarse y no dañar ni dañarse.
- Si los gritos causan molestias a los vecinos, puede probarse con una toalla o el mismo cojín sobre la boca mientras gritamos.
- Al finalizar la descarga sería óptimo dedicar diez minutos a sentarse o acostarse relajados y en silencio.
- Cuando nos vaciamos de la rabia, la angustia y el dolor retenidos en el cuerpo y la mente, estamos aptos para responder desde la calma y seguramente no será necesario alterarse o actuar agresivamente frente a las situaciones cotidianas.
- Esta terapia funciona si se practica regularmente. Fuente: http://www.sanadoras.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario