REPORTAJE ESPECIAL. GUERRA CIVIL EN EL VATICANO
Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el
testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice
esto: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses
frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te
vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y
de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un
desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
Recuerdo una mañana que estaba ingresando en la catedral de Sevilla y en
la entrada me detuvo un guardia - Señor, debe pagar la entrada - Me
dijo - ¿Cómo? - le pregunté yo - ¿Está no es la casa de Cristo? - me
contestó - No, este es un museo. Tremendo pero cierto. El oro que .
Rebelión masiva de los curas austríacos contra laIglesia
Quien fuera mano derecha del cardenal austríaco Christoph Schönborn en
Viena, el sacerdote Helmut Schüller, vicario general de la archidiócesis
entre 1995 y 1999, se ha convertido en el principal líder de una
revuelta. Schüller, que también ha sido el director de Cáritas de
Austria y actualmente es párroco y capellán en una universidad lidera a
más de 300 religiosos que apoyan la "Llamada a la desobediencia", un
manifiesto publicado en Internet desde el pasado junio, en la que se
muestran partidarios de los sacerdotes casados, la ordenación de
mujeres, el acceso a la Eucaristía de los divorciados vueltos a casar y
que, además, puedan volver a contraer un segundo matrimonio religioso,
que los protestantes puedan recibir la Comunión y, finalmente, que los
laicos prediquen y dirijan parroquias.
Según la iglesia, el cisma que divide a la Iglesia en Europa desde hace
décadas es una realidad muy grave. otros dicen que quizá ha llegado la
hora de que se consume, de que se haga jurídico. Afirman que si llega
esa hora será una mala hora, pues no es buena la división. Pero mucho
peor es seguir engañando a los fieles inocentes que van a iglesias y
colegios católicos y reciben una doctrina que creen que es de la Iglesia
a la que pertenecen y no tiene nada que ver con ella. Por lo tanto, si
no quieren compartir el depósito de la fe, que se vayan. Será muy
doloroso si sucede, pero pagar el precio de sacrificar la verdad es algo
que la Iglesia no puede hacer.
Basta recordar que el mismo Pedro estaba casado. Que los laicos
prediquen como se hizo en los comienzos de la iglesia donde no había
tantos rangos ni centralismo de poder, bien, sobre el casamiento en
segunda instancia, hasta Cristo dijo que si en caso de infidelidad,
situación que está expandida a nivel mundial, donde 7 de cada 10 han
sido infieles en un mundo donde el mercado de la carne es principal, y
donde las lealtades ya no existen. La comunión de los protestantes, si
los protestantes comulgaran ya no serían protestantes. El aborto, jamás,
y si con esto nos tildan de Australopitecus, bien, el asesinato no se
puede aceptar bajo ningún término. La homosexualidad es tema de quien
tiene esa inclinación, pero no es bueno que los que no lo son sean
estigmatizados como retrógrados, es opción de cada cual. Pero lo que
ocurre con estos curas austriacos es solo un botón de la confusión que
impera hoy en la iglesia. ¿Pero por qué ocurren estas cosas? ¿Qué pasa
con los miembros de la curia?
Guerra civil en el Vaticano
Para muchos, el Vaticano ha sido desde siempre un lugar de intriga e
inmoralidad. Basta revisar la abundante literatura y filmografía que
acompaña a figuras como Alejandro VI, el Papa Borgia, o las teorías
sobre el asesinato del Papa Juan Pablo I, en 1978. La diferencia es que
en esta ocasión las nuevas tecnologías y las divisiones al interior de
la propia curia vaticana han hecho saltar por los aires todos los
sistemas de compartimentación de la información que, tradicionalmente,
habían protegido de mil maravillas a la institución eclesial.
Todo comenzó en enero de 2012, cuando el periodista italiano Gianluigi
Nuzzi publicó cartas del arzobispo Carlo Maria Viganò, ex secretario de
la gobernación del Vaticano entre 2009 y 2011. En las cartas, Viganò
pidió al Papa no ser trasladado por haber denunciado presuntos actos de
corrupción: “No existe transparencia alguna en la gestión de las
contratas de construcción y de ingeniería de las empresas que tienen
negocios en el Vaticano” afirmaba, apuntando directamente al secretario
de Estado, Tarcisio Bertone. Aunque la denuncia significaba que el
Estado Vaticano había perdido millones en contratos sobrepreciados,
Viganò fue apartado de su cargo y enviado como nuncio apostólico a
Estados Unidos.
En los meses siguientes se filtraron nuevos documentos a la prensa
italiana. En ellos se comienza a hacer público que las luchas de poder
dentro del Vaticano estaban in crescendo de forma alarmante. Sobre la
base de estas nuevas cartas, Nuzzi publicó en mayo de 2012 un libro
titulado Su Santidad: Los papeles secretos de Benedicto XVI. En esta
obra se hacen públicas las cartas y notas confidenciales del Papa
Benedicto XVI, que muestran al Vaticano como un nido de intrigas, celos y
luchas entre facciones de la curia, los grupos ultraconservadores,
clanes mafiosos y otros actores financieros y económicos globales. Se
revelan detalles sobre las finanzas personales del Papa, incluyendo
pruebas del pago de sobornos de personalidades que han buscado una
audiencia privada.
El escándalo escaló. En un intento de aplacar sus efectos, Benedicto XVI
nombró, en marzo de 2012, una comisión de cardenales para investigar
las filtraciones. La presidió el cardenal español Julián Herranz (Opus
Dei), quien dirige la oficina legal del Vaticano. Sugerentemente, la
investigación criminal responde directamente al Papa, sin pasar por la
Secretaría de Estado dirigida por Bertone.
El 26 de mayo, el Vaticano anuncia el arresto de Paolo Gabriele, más
conocido como Paoletto, el fiel mayordomo personal del Papa desde el año
2006, a quien se acusa de filtrar la información robada desde el
escritorio papal. Detenido por el Vaticano, la guardia pontificia afirma
haber encontrado documentos clasificados en su departamento. Es
sometido a un proceso judicial secreto, en el que la “empresa” para la
cual trabaja actúa a la vez como juez, defensa y acusadora en un juicio
secreto.
Según Il Corriere della Sera, el mayordomo Paoletto, miembro del Opus
Dei, sería un agente doble al servicio del Vaticano para desenmascarar a
los auténticos “topos” que robaron la documentación del “Vatileaks”.
Según esas fuentes, habría sido descubierto hace seis meses, y en ese
instante decidió colaborar con las autoridades vaticanas a cambio de
evitar la cárcel. Desde esa fecha habría seguido sacando documentos de
la recámara papal y entregándoselos a otros implicados en la trama del
“Vatileaks” para que la guardia vaticana pudiera identificarlos. Se
estima que tras la resolución del escándalo será indultado.
LOS TRES PODERES EN DISPUTA
¿Pero qué hay detrás de tantas acusaciones y disputas? En primer lugar, una lucha fraticida por la sucesión de Benedicto XVI.
Este es el móvil principal, ya que las piezas de todos los actores
involucrados se mueven tras el trono de San Pedro como presa central.
Joseph Ratzinger, de 85 años, es un Papa enfermo y solitario que no ha
logrado gobernar su pequeño Estado. Algunos vaticanistas de renombre,
como Sandro Magister, ya se atreven a revelar sus candidatos a Papa. En
su caso, es el cardenal canadiense Marc Ouellet, un tradicionalista que
sería fuertemente resistido por los cardenales italianos, que esperan
que uno de los suyos vuelva al pontificado luego de más de treinta años
de Papas “extranjeros”.
Enfrentado a permanentes escándalos y disputas intraeclesiales,
Ratzinger se ha retirado a la reflexión doctrinal y teológica, delegando
de forma creciente un gran poder de gobierno a su secretario de Estado,
Tarcicio Bertone.
Este es el segundo poder en disputa. Bertone, a lo largo de los años, ha
ejercido su cargo de forma cada vez más visible y ostentosa. De esa
forma ha emprendido giras internacionales como la que realizó a Chile en
marzo de 2010, extralimitándose respecto a su rol eminentemente
político y no pastoral. Además, se acusa a Bertone de no haber logrado
impedir que el gobierno de Mario Monti impusiera una nueva ley que
obliga a la Iglesia italiana a pagar el impuesto de bienes inmuebles
sobre todos los edificios que no se dedican al culto religioso, es
decir, unas treinta mil propiedades.
Bertone habría iniciado una serie de turbios negocios con el fin de
comprar una red de clínicas privadas en territorio italiano, partiendo
por la famosa clínica Gemelli, de Roma. Estos negocios, que en buena
parte fracasaron, han servido de excusa para que el antiguo secretario
de Estado, Angelo Sodano, y sus partidarios (los cardenales Jorge Medina
y Darío Castrillón entre otros) hayan comenzado una campaña de
desprestigio y acusaciones violentas en su contra, partiendo por
atribuirle relaciones homosexuales, incompetencia, corrupción
desenfrenada y nepotismo.
Entre las cartas publicadas por Nuzzi se mostraría a Benedicto XVI en abierta confrontación con Bertone.
Sin embargo, también cabe sospechar de estas filtraciones ya que estas
cartas, reveladas por Paoletto actuando como agente doble, benefician a
los antagonistas de Bertone, que desearían su pronta caída para hacerse
con el segundo cargo de poder en la Iglesia.
El tercer foco de conflicto radica en el Banco Vaticano.
En 2009 Estados Unidos colocó a la Santa Sede en la lista de Estados acusados de colaborar en el blanqueo de capitales.
Alarmado, ya que esta acusación podría significar un estrangulamiento
del crédito internacional, el Papa nombró al economista Ettore Gotti
Tedeschi, director de la filial italiana del Banco Santander, al frente
del Instituto para las Obras de Religión (IOR), más conocido como Banco
Vaticano.
Su misión era ordenar las cuentas y lograr que el Vaticano pudiera
aparecer en la white list de los Estados con altos estándares de
oposición al blanqueo de capitales. Tedeschi, miembro del Opus Dei,
comprendió al poco tiempo que la tarea que se le encomendó no sólo era
imposible, sino que lo más probable era que si intentaba transparentar
esos fondos, su vida empezaría a correr peligro.
En este contexto, a fines de mayo de 2012 Tarcisio Bertone, como
contralor del banco, ordenó la expulsión de Tedeschi de su cargo, en
medio de graves acusaciones que insinúan que Tedeschi sería el “cuervo”
que habría entregado la información a Nuzzi, además de llevar una vida
libertina, etc.
El 9 de junio un periódico del norte de Italia filtró un supuesto
“informe sicológico”, confeccionado ex profeso con el interés de mostrar
a Tedeschi como víctima de desordenes patológicos.
Sin duda el banquero vaticano ha sido víctima de los ataques de Bertone y
su clan, pero eso no lo exculpa del todo. De hecho, la policía italiana
allanó la casa de Gotti Tedeschi en Piacenza y sus oficinas de Milán,
ya que lo acusan de recibir comisiones ilegales por la venta de
helicópteros a India por parte del grupo Finmeccanica, en un turbio
manejo del partido de extrema derecha Liga Norte. Tedeschi no es de
trigos limpios. Pero su salida del Banco Vaticano supera todo lo
esperado.
El gran temor que ahora corroe al Instituto para las Obras de Religión
es que en el allanamiento policial a Tedeschi la policía habría
requisado un legajo con cerca de 200 páginas que incluirían emails,
apuntes manuscritos y una agenda en que aparecen encuentros, reuniones y
citas con personajes públicos, e información sobre cuentas bajo código
cifrado que la mafia tendría en el Banco Vaticano. Se habla de depósitos
con gruesas sumas en comisiones ilegales pagadas a algunos funcionarios
y políticos, tanto de Italia como del Vaticano mismo. Ante tamaña
filtración, el portavoz eclesial ha manifestado su “máxima confianza en
que las prerrogativas soberanas reconocidas a la Santa Sede por la
legislación internacional sean adecuadamente respetadas” y agrega, a
modo de amenaza: “La Santa Sede (…) está examinando con el mayor cuidado
la eventual lesividad de las circunstancias”. En otras palabras, que
las autoridades judiciales italianas no se atrevan a publicar e
investigar el caso, so pena de entrar en un litigio político y
diplomático de marca mayor.
Lo único claro es que para julio de este año se anticipa un veredicto
negativo en contra del Banco Vaticano por parte de las autoridades
internacionales que evalúan la normativa contra el blanqueo de
capitales. Si además la banca de Italia es “rescatada”, como ha ocurrido
con la banca española el pasado 9 de junio, el Instituto para las Obras
de Religión (IOR) podría perder su autonomía y debería empezar a ser
fiscalizado por la Unión Europea. En ese momento, la economía vaticana,
altamente dependiente de la economía italiana, podría paralizarse y
tendrían que salir a flote todas las cuentas oscuras que ha acumulado
esta institución por décadas. En síntesis, en caso de un rescate a
Italia, se puede augurar un cataclismo de marca mayor para el Vaticano.
LA MANO DE LA MAFIA Y DE LAS REDES DE PEDOFILIA
Tras estas disputas centrales sobrevuelan otras menores, pero no menos
importantes. La más ruidosa es la que se vincula a la muerte de Emanuela
Orlandi, hija de un funcionario del Vaticano, en 1983. El domingo 27 de
mayo cientos de amigos y familiares de Emanuela concurrieron a la plaza
de San Pedro cuando el Papa dirigía el rezo del Regina Coeli desde el
balcón de su estudio. Con su manifestación esperaban que el Papa dijera
algo sobre el caso.
Pero no fue así. Benedicto XVI no aludió a ella a pesar del gran cartel
con su nombre que se desplegó. Al finalizar la oración, estallaron las
protestas al grito de ¡Vergüenza!, ¡Vergüenza! y ¡Verdad, verdad!
Emanuela Orlandi , de nacionalidad vaticana, desapareció misteriosamente
hace 29 años, cuando tenía 15 años. Su cuerpo nunca fue encontrado. Al
poco tiempo, desapareció en Roma otra joven, Mirella Gregori, en
circunstancias muy similares.
Las teorías sobre el paradero de Emanuela son muchas.
Algunos acusaron al cardenal Paul Marcinkus, presidente del Banco
Vaticano entre 1971 y 1989, quien estuvo involucrado en la quiebra
fraudulenta del Banco Ambrosiano, en 1982, y según el autor inglés David
Yallop, en el asesinato de Juan Pablo I.
Para el padre Gabriele Amorth, exorcista oficial del Vaticano, Emanuela
Orlandi fue capturada por una red de pederastas de la curia vaticana que
la convirtió en esclava sexual. Cuando se cansaron de ella, la habrían
asesinado y desaparecido.
Otras versiones afirman que el cuerpo de Emanuela estaría junto a la
tumba de “Renatino” De Pedis, jefe de la peor mafia de Roma, enterrado
en la basílica de San Apolinar en 1990 luego de ser asesinado a tiros
por una banda rival. La viuda de “Renatino” habría pagado una fuerte
suma de dinero al Opus Dei, regente de San Apolinar, para conseguir que
este capo mafioso pudiese ser sepultado junto a grandes cardenales. Y el
cuerpo de Emanuela habría ido a parar a ese lugar ya que De Pedis
habría tenido relación con el caso.
Todas estas son conjeturas. Pero lo cierto es que la Fiscalía romana
acaba de imputar a monseñor Pietro Vergari , del Opus Dei y ex rector de
San Apolinar, como colaborador en el secuestro y desaparición de
Emanuela Orlandi .
El punto es que Vergari se conecta en la investigación con otro
personaje relevante: el cardenal Bernard Francis Law, arzobispo de
Boston, quién tuvo que dimitir en 2002 luego de destaparse su protección
a una gran red de pedofilia de sacerdotes de su diócesis.
En el proceso por Orlandi aparece una extraña carta dirigida a “Box 331,
Kenmore Station, Boston”, dirección postal usada en los 80 por la
organización de pedófilos Nambla (North American Man Boy Lover
Association), la red de pedófilos protegida por el cardenal Law. ¿Hay un
vínculo que una estos casos? De hecho el cardenal Law, luego de
renunciar a la diócesis de Boston, terminó sus días como arcipreste de
la basílica de Santa María la Mayor, en Roma.
“Vatileaks” ha abierto muchas de las cajas de Pandora que guardaba el
Vaticano. Pero es necesario leer sus datos con cuidado. La revelación de
esta información se da en el contexto de una guerra de información de
carácter hobbsiano, donde el “hombre es un lobo para el hombre” y en la
que es muy probable que los agentes dobles, las pistas falsas, los
mensajes codificados y los señuelos creados para despistar sean muy
numerosos. Pero lo cierto es que un poco de transparencia ha empezado a
llegar hasta Roma. Ya era hora.
Fuente (Revista Punto Final)
Ahora nuestra opinión, Gran culpa de todo lo que sucede es de los
administradores de la fe. De los pastores que equivocaron el camino y
prefirieron lo que ofrece este mundo antes que servir al prójimo y a
DIOS.
El ataque desesperado contra la iglesia no es una casualidad y la quinta
columna que está destruyéndola desde adentro tampoco lo es. Desde hace
siglos la masonería que hoy es el verdadero poder de este mundo y que
sirve a su príncipe negro. Está escrito que la ramera fornicará con la
bestia y que la bestia destruirá a la ramera. Pero no hay que
confundirse nuca, una cosa son los hombres y otra muy diferente es la
Iglesia como comunidad de fieles. Es la iglesia quien impide la
entronización de la bestia y por eso debe ser sacada. Y la iglesia va a
caer, pero no la fe, porque esta se esconde en el corazón de los hombres
y mujeres de buena voluntad. Nunca olviden esto, el cielo y la tierra
pasará pero no las palabras del mesías. Confíen en él.
https://www.facebook.com/messages/noe.sanchez.712
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